“Autogestionados” de Almafuerte II recibieron una capacitación en diseño de marca
El objetivo principal es que quienes elaboran los productos en contextos de encierro colaboren además en el mejoramiento del proceso de venta que llevan adelante sus familias.
La Unidad de Producción Penitenciaria, en conjunto con personal del Área de Economía Social del Municipio de Luján de Cuyo, dictaron el curso denominado “Encuentro de diseño de marca gráfica para emprendimientos”. Fue destinado exclusivamente a personas privadas de libertad que trabajan con la modalidad de autogestionados.
La iniciativa se llevó a cabo en la nueva nave de trabajo del Complejo de Alojamiento Permanente “Almafuerte II” y estuvo destinada a hombres y mujeres del sector C, cuyas principales actividades laborales permiten que los productos fabricados puedan ser vendidos por sus familias en el medio libre, generando así una forma de ingreso económico.
“Estos encuentros tienden a que tanto las personas privadas de libertad como sus familias se posicionen en el mercado laboral, dando un valor agregado a los productos fabricados bajo el nombre de una marca o logotipo que los identifique”, explicaron desde la Unidad de Producción.
La idea es poder darle una continuidad y formalidad a este eje, con conceptos que se relacionen al marketing, a la comercialización y por último un eje contable que incluya diversos temas como costos, presupuestos y facturación, entre otras cosas.
En este sentido, la capacitación tuvo el fin de alcanzar una idea elaborada de la marca gráfica para que los emprendimientos sean acordes a la aplicación que tendrá y las características del producto. De allí es que se abordaron además, cuestiones básicas del diseño de marca, nociones, consejos de fotografía y composición.
“Es importante que la sociedad se acerque a los contextos de encierro para capacitar, y que de este modo se puedan replicar las oportunidades”, afirmó el formador Leonardo Micieli.
Modalidad de autogestionados
Son quienes trabajan en la fabricación de productos mediante donaciones de organizaciones de la sociedad civil, o bien a partir de materiales llevados por sus familias, dentro de los propios módulos de alojamiento, es decir, sin la necesidad de contar con talleres específicos para ese fin.
Los productos, una vez finalizados, son entregados a sus familias o a los demás participantes de los proyectos, para que sean posteriormente comercializados y, de esta manera, se conviertan en una fuente de ayuda o sustento económico.