El libro póstumo del fiscal Federico Delgado que analiza el vaciamiento democrático
«POLITEIA»
La obra de quien fuera un prestigioso fiscal penal federal advierte la dimensión de la crisis de la democracia desde una perspectiva jurídica y teórica a la vez que logra dar cuenta de las causas de la desintegración social argentina. «La derecha consigue obtener rédito electoral del malestar; no lo puede resolver, pero su discurso atrae a muchas personas», plantea.
POR ANA CLARA PÉREZ COTTEN
«Politeia», el libro póstumo del politólogo y fiscal penal federal Federico Delgado, advierte la dimensión de la crisis de la democracia desde una perspectiva jurídica y teórica pero con ecos coyunturales porque logra dar cuenta de las causas de la desintegración social argentina: «La derecha consigue obtener rédito electoral del malestar; no lo puede resolver, pero su discurso atrae a muchas personas. La izquierda, en cambio, permanece inmóvil reflexionando ahistóricamente y reivindicando su superioridad moral».
Un equipo que se nutrió de juristas, amigos, familiares y editores trabajó en el armado de «Politeia», un ensayo que en su profundidad no pierde su urgencia y que refleja el trabajo y el legado intelectual de Delgado, quien falleció el 27 de agosto de este año. La doctora en ciencias sociales y abogada, Yvonne Blajean Bent; el abogado, Diego Peisajovich; uno de sus hijos, Juan Delgado; la editora, Raquel Franco; el presidente de la Asociación Civil Universidad Argentina J. F. Kennedy, Javier García Palacios; y Víctor Malumián y Hernán López Winne, editores de Godot, trabajaron en la recopilación, el armado y la edición.
Federico Delgado estuvo durante más de dos décadas al frente de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal 6 de la ciudad de Buenos Aires. Desde allí, investigó el supuesto pago de sobornos en el Senado; el megacanje de la deuda externa; la tragedia ferroviaria en la estación Once; la documentación filtrada por los Panamá Papers, en los que apareció mencionado el expresidente Mauricio Macri; el enriquecimiento ilícito del exsecretario de Obras Públicas José López y la muerte de cinco personas en el boliche Time Warp en el complejo Costa Salguero, entre otras causas judiciales. También tuvo a su cargo investigaciones por delitos de lesa humanidad cometidas durante la última dictadura militar bajo la órbita del Primer Cuerpo del Ejército.
El prólogo, a cargo de su hijo Juan, define al libro como un diálogo entre todos los conocimientos y reflexiones que fue acumulando y desarrollando a lo largo de toda su carrera profesional
Abogado y politólogo por la Universidad de Buenos Aires, también tenía espíritu deportista y solía trasladarse en bicicleta a su despacho en los tribunales federales de la avenida Comodoro Py 2002 en Retiro. Fue autor de los libros «Injusticia» y «La cara injusta de la justicia», en colaboración con la periodista Catalina D’Elía.
La intersección entre ese recorrido profesional y un carácter personal cercano a la realidad le permitió observar de cerca el entramado de la política, el Poder Judicial y la sociedad que decanta en las páginas de «Politeia», recientemente editado por Godot.
El prólogo, a cargo de su hijo Juan, define al libro como un diálogo entre todos los conocimientos y reflexiones que fue acumulando y desarrollando a lo largo de toda su carrera profesional. Desde el derecho hasta la filosofía, desde la ciencia política hasta la cultura. Y traza una hipótesis: que la obra apunta a «resolver el nudo gordiano que mantiene a la sociedad argentina en perenne autodestrucción».
«No me refiero a otra cosa que la última dictadura cívico militar, cuyo disciplinamiento social a sangre y fuego dio el puntapié inicial para un progresivo debilitamiento de las instancias públicas de mediación de intereses en favor de grupos económicos (y sus aliados) comprometidos con la destrucción del entramado social y productivo argentino», sostiene Juan Delgado en un texto que también lo revela como heredero de una tradición intelectual. Y advierte después que el valor de estas reflexiones es aún mayor dado que se trata de un autor que fue funcionario público y que «tuvo, a lo largo de su carrera, el coraje suficiente para enfrentarse a los distintos grupos de poder particularmente interesados en que las cosas permanezcan tal como están».
«Hemos sentido lo mismo: la urgencia de compartir el camino que él propone, arrastrados por la locomotora de la buena fe, con honestidad, principios, coraje. Que no nos gane la coyuntura y podamos transitarlo», recupera Peisajovich en epílogo que escribió para cerrar obra.
La editora Raquel Franco, responsable de gran parte del ensamblado de «Politeia»
«Con Federico estábamos trabajando en una serie de publicaciones del Observatorio Político y Republicano que funciona en la Universidad Kennedy, una reflexión sobre el cambio profundo que se iba a producir en nuestro modelo democrático con estas elecciones. Veníamos trabajando desde principios de año, su enfermedad empeoró y en un momento de mejoría me escribió y me dijo que me iba a pasar todos los originales de un libro en el que venía trabajando hace dos años. `Voy a terminarlo, quiero conectarme con esto ahora que me siento mejor´, me dijo. Quince días más tarde, falleció», cuenta Franco a Télam.
«Cuando me puse a ver los originales me di cuenta de la profunda actualidad y pertinencia de la reflexión. Hablé con la universidad para acelerar la edición, poder publicarlo y que el libro pudiera ser leído a pocos meses de su muerte. Nos pusimos a trabajar muy fuerte pero sin él y nos contactamos con Godot porque sabíamos que podrían en tiempo récord sacarlo a la calle y darlo a conocer para el gran público», explica.
Para Franco, el libro da cuenta de la sedimentación liberal de la democracia en todo el mundo, en el plano político y filosófico. «Analiza esta transformación y explica cómo la democracia se ha convertido para los ciudadanos en el mero ejercicio del voto y nos ha vaciado del compromiso con la actividad democrático. Así, las instituciones también se han vaciado de su poder transformador. Y, en el caso de la Argentina se han convertido en el instrumento para el ejercicio particularista de la clase política», sostiene sobre la obra.
¿En qué medida se ha vaciado ese compromiso? Delgado analiza con todas las sutilezas necesarias lo que él llama la «decepción ciudadana»: «Es complicado hallar una palabra que resuma el estado de ánimo de la ciudadanía, más allá de los problemas individuales de cada uno y de las distintas visiones del mundo. Probablemente, decepción sea una palabra adecuada. Si algo recorre la vida pública es la decepción ciudadana con las élites políticas y económicas, con las instituciones públicas y con la sedimentación liberal de la democracia. A veces se idealizan tiempos pasados que se relacionan arbitrariamente con el ideal democrático, pero la decepción no nos deja».
Franco define el trabajo del autor como «muy precioso, quirúrgico y demoledor» pero a pesar de esto, cree que «Politeia» tiene una lectura optimista: «Es un libro que habla del cambio, la transformación y en qué podemos hacer para ser ciudadanos de una república y no en meros ejecutantes de un voto».
Malumian cuenta a Télam que el libro, que lleva en la tapa un retrato que Alejandra López le hizo al fiscal, dialoga con una serie de libros del catálogo e, incluso, lleva en su interior la cita explícita de un obra editadas por Godot: «Estrés y libertad» de Peter Sloterdijk.
La cita al filósofo alemán ilumina el presente con una agudeza que da cuenta de cómo Delgado había interpretado el mapa y el territorio de la vida democrática argentina, hoy marcada por el ascenso al poder de La Libertad Avanza: «En relación con el cinismo, Sloterdijk explicó que este ayuda a entender parte de la emergencia de las nuevas derechas, puesto que logran dotar de nueva eficacia política el descontento de las personas más vulnerables.
Ese trabajo lo realizan las mentiras. Se apoyan en viejos reclamos igualitarios propios de las izquierdas, aunque se trata de movimientos de extrema derecha. Allí reside la práctica cínica. La clave es que logran simplificar problemas complejos y saben seducir a los perdedores del capitalismo neoliberal. Aglutinan esas demandas heterogéneas y, en vez de reclamar la vuelta del Estado social, plantean una lucha contra el «sistema» al que identifican con el otro».
Por supuesto, aclara, «las comunicaciones juegan un rol vital en la representación de estos protofascismos», a partir de la nueva articulación global de los medios de comunicación y en particular de las redes sociales. «Esto establece un nuevo régimen de verdad a escala global», escribió Delgado, fino diagnosticador de su época y del escenario que se abrió en Argentina tras las últimas elecciones presidenciales, que pudo describir con agudeza aun cuando su muerte temprana no le permitió ser testigo y protagonista.