Se adjudicó la nueva embarcación para el Lago del Parque General San Martín

Para devolver al Parque General San Martín un paseo que fue muy utilizado por mendocinos y turistas, se realizó el acto de adjudicación para poner a flote la nueva embarcación que surcará las aguas del lago en el Parque Histórico General San Martín. Se realizarán también obras de puesta en valor del embarcadero en el Rosedal y la antigua boletería del paseo. Se estima que en noviembre el servicio se encuentre en funcionamiento.

La Dirección de de Parques y Paseos Públicos anunció que se realizó el llamado a licitación y acto de adjudicación para la “instalación y explotación de una embarcación de paseo en el Lago General Espejo del Parque Histórico General San Martín”, por un período de 10 años, y
se presentó una sola empresa. La empresa es del Grupo Andesmar SA y cumple con todos los requisitos solicitados por el llamado.

El secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial, Humberto Mingorance, declaró: “Se trata de una embarcación moderna, del tipo Trimarán, con una capacidad máxima de 25 pasajeros sentados, la que contará con baño químico ecológico y estará impulsada por un motor de 150 HP de 4 tiempos ecológico”. Y agregó: “Desde el punto de vista de la seguridad, estará equipado con todos los requisitos estipulados en las normativas vigentes y contará obviamente con chalecos salvavidas para cada uno de los tripulantes”.

La propuesta, que no genera ningún costo para el Estado, apuesta a lograr un paseo atractivo para los visitantes que decidan abordar la embarcación. Se apunta a despertar la imaginación y el espíritu de exploración y descubrimiento de las maravillas de nuestro Parque Histórico General San Martin.

El director de Parques y Paseos Públicos explicó que, además de la experiencia de navegación real en el lago, se propone complementarla con una producción educativa digital mediante dispositivos de realidad aumentada. “Es parte de la propuesta educativa que viene llevando a cabo el área de educación ambiental de la Secretaría de Ambiente”, sostuvo el funcionario.

En lo referente a infraestructura, recordó que se reacondicionará y pondrá en valor el muelle, como también la casilla de venta de tickets. Se espera que para noviembre el servicio se encuentre en funcionamiento.

Historia

La historiadora Ana Castro señala que La Cuyanita comenzó a surcar el lago en la década del 20. Esa embarcación funcionó hasta 1935. Posteriormente se llamó a licitación para restablecer los paseos acuáticos y una nueva lancha comenzó a prestar este servicio en 1939. Se la denominó Emilio Civit, pero la gente continuó llamándola La Cuyanita.

“La primera embarcación del lago fue vendida en 1937 a los señores Ronchietto y Bianchi, por 200 pesos, y la llevaron a la laguna Los Álamos. Allí, se perdió el rastro de la embarcación”, comenta la autora del libro Parque General San Martín, sus primeros 50 años.

El barco que remplazó a la primera nave pesaba 5 toneladas, con casco de 13 metros de eslora (largo) y capacidad para 20 a 26 personas. El casco fue construido en Alemania, por el astillero Krupp, luego de la primera guerra mundial, y llegó a la Argentina, donde construyeron la cubierta y el puente de mando, y se utilizó la embarcación para prestar servicios en el delta del Paraná antes de ser trasladada a Mendoza.

En el pequeño muelle de madera del Rosedal estaba atracada La Cuyanita, esperando la llegada de chicos y grandes para salir a pasear por el lago del Parque. Con todo el pasaje cubierto, como todos los domingos, el timonel daba la orden de zarpar y los “oficiales” del embarcadero soltaban amarras. Rápidamente se llegaba al extremo norte del lago. La embarcación tomaba rumbo al sur, mientras los pasajeros observaban el Club Regatas, lo
que ocurría en tierra firme o a los bañistas de las playas serranas. Parecía de juguete, no se movía mucho debido a la serenidad del lago, sólo se sentía el ronquido del motor y el golpe del agua sobre el casco blanco.

En los años 60 comenzó la decadencia. Sufrió actos vandálicos en dos oportunidades y, en diciembre de 1976, tras una serie de reparaciones, fue botada al lago por última vez. Durante el invierno de 1979, La Cuyanita ardió en llamas y ese fue el fin.

Aparentemente, uno de los cuidadores de la embarcación colocó un calentador en su interior para soportar el frío. Se quedó dormido y casi se quema con la estructura de madera que adornaba la cubierta y el puente de mando. En la actualidad el casco de la embarcación se encuentra en la penitenciaria provincial donde fue llevado para su puesta en valor quedando abandonado en el lugar. Hoy su recuperación es inviable ya se ha
perdido casi todo de su estructura original, se asemeja a una “cascara de nuez”.

Tras el fin de La Cuyanita en 1979 y por un año la reemplazó un catamarán que fue bautizado Emilio Civit II. Luego, en 1990, se inauguró el Mississippi Rey del Lago, una gran embarcación con dos pisos para paseos y fiestas que prestó sus servicios por varios años más.

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